sofa dance.jpg

 

Al principio Manel no quería que ninguna de las dos subiera al sofá. Empezó subiendo Iona, que se pasaba todo el rato que estuviéramos en el sofá gimoteando y cansados la empezamos a dejar subir. Es bastante pequeña y se hace una bolita así que no molesta. Duna empezó no hace mucho, el invierno pasado, creo. Y gracias a ello descubrimos que le encanta dormir con la cabeza sobre nuestra barriga o nuestras piernas. Su respiración relaja y da muchísimo calorcito.

Ahora el sofá se nos queda pequeño, pero ¿y lo agustito que estamos? 🙂