El baile del sofá

 

Al principio Manel no quería que ninguna de las dos subiera al sofá. Empezó subiendo Iona, que se pasaba todo el rato que estuviéramos en el sofá gimoteando y cansados la empezamos a dejar subir. Es bastante pequeña y se hace una bolita así que no molesta. Duna empezó no hace mucho, el invierno pasado, creo. Y gracias a ello descubrimos que le encanta dormir con la cabeza sobre nuestra barriga o nuestras piernas. Su respiración relaja y da muchísimo calorcito.

Ahora el sofá se nos queda pequeño, pero ¿y lo agustito que estamos? 🙂

El otoño

El otoño se va acercando y se ha convertido en mi época favorita del año sobretodo desde que tengo perro. Es esa época del año donde en ciertos momentos del día ya empieza a refrescar. Mis perras lo notan mucho y ya empiezas a descubrirlas estiradas a tus pies, echadas a tu lado en el sofá buscando mantita o incluso calentándote tu sitio en la cama.

Yo soy muy fan de estar los cuatro en el sofá y aunque a veces resulta incómodo (suelen repantingarse sin compasión) me relaja mucho oírlas respiras y acariciarles el pelo. Es terapéutico.

Iona por ejemplo ya empieza a pedirme para subir a la silla. Es uno de sus sitios favoritos donde descansar y la verdad es que aporta un calor a las lumbares que yo, que me estoy tantas horas al ordenador, agradezco mucho. Duna también se subía a la silla cuando vivía con mi madre, aunque ella lo hacía para cotillear por la ventana. Era super graciosa verla ahí sentada.

¡Bienvenidos a Perrícolas!

Esta página nace con la intención de unir todas las viñetas sobre mi vida compartida en un mismo sitio. Los animales te dan mil anécdotas y situaciones divertidas que explicar. ¡No os las perdáis!